skip to main |
skip to sidebar
Tal cual. -
Todavía quedan arrugas en ti,
surcos jurásicos, cauce del río,
todo el verde en retaguardia
y tus milagros como árboles.
Cicatrices y caminos,
pájaros que no levantan el vuelo,
un ladrido mestizo
y la inquietante ausencia de niños.
La urbe rodeada de tierra,
la magia del nido y la estación,
la canción de madera,
la del bosque y los campos de siega.
Así eres Artabria, tal cual,
un cemento de apariencia
y por abajo lencería vegetal,
excitación y concupiscencia.
Paris Joel
No tengas miedo. -
No tengas miedo a crecer deprisa.
La vida es tan larga como un vaso de whisky con hielo.
Crecer. Acto ritual de la crisálida, del alma en tránsito permanente,
agua bajo cero que vuelve a fluir reencontrando su destino
y tú, como piedra de rosetta, darás sentido a todo.
Así debe ser.
Paris Joel
Mi febrero en ti. -
Cordón umbilical que me traes la vida,
incandescente atardecer de rojos y púrpuras,
así quiero mi transición al cosmos y su energía.
Un claro en el cielo de la gris borrasca
eres en mi y para mi.
Un catorce de febrero, un veintidós
y un veinticuatro, todavía abrazo, roce, calor
que permanece a lo largo de este escenario.
En la ausencia no hay lejanía,
el pensar y el sentir viven en ti
como tu en mi, por eso te escribo
en el idioma de las flores y el firmamento,
esta carta, esta celebración,
con rúbrica y en verso
por si acaso no estoy,
por si acaso no puedo.
Paris Joel
Tarde de febrero. -
Es generoso el viento del Ártico que,
Con bolitas de arroz,
Va sembrando asfaltos intermitentes
Bajo el paraguas de la borrasca.
A todos nos iguala,
Nos tiembla y estremece.
Nos centra en lo importante:
La vida o lo blanco; lo ausente.
Ese cero subterráneo, topo ciego
Que no sabe de clemencia ni piedad,
Preludio de hambrunas y escalofríos,
Viejo conocido que se teme y rehúye.
Es ahí cuando nuestra conciencia gregaria renace
Y nos une para salvarnos, un día más,
de la indiferencia
y de los días sin acacias ni violetas.
Se intuye todo un invierno,
Se presiente, se teme.
Nada nuevo.
Paris Joel